Pablo Rivero se formó como sumiller en la primera promoción de la Escuela Argentina de Vinos y completó su formación en el Instituto Argentino de Gastronomía, aunque su inclinación por la cultura gastronómica empieza antes, impulsada por una tradición familiar asociada a la carnicería y la producción ganadera. Es en los campos de su ciudad natal, Rosario, donde observa la sabiduría de los ciclos de la naturaleza y la relación entre el animal y el pasto como un círculo virtuoso.

Su principal pasión, desde sus inicios, ha sido el servicio y la hospitalidad, y ha desarrollado la cocina de identidad popular argentina con dos focos: el territorial, con eje en la parrilla y el fuego, y el la de inmigración, con el bodegón porteño como exponente.

Rivero está al frente de Don Julio Parrilla desde hace más de 20 años, un espacio donde el fuego está siempre prendido, el restaurante mejor valorado de Argentina según The World’s 50 Best Restaurants.